
Los últimos Presupuestos Generales del Estado para esta legislatura han supuesto una nueva batalla entre partidos con vistas a las cercanas elecciones de Marzo.
Realizando un análisis previo y muy general, podemos afirmar que estos nuevos Presupuestos presentados por el Vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, no difieren en demasía a los presentados estos tres años atrás de Gobierno Zapatero, aunque sí albergan varias partidas dirigidas a financiar novedosas medidas sociales introducidas a última hora. Estas atractivas medidas de cohesión social, sumadas a la fuerte pugna despertada entre los distintos territorios de nuestra geografía por conseguir mayor inversión del Gobierno, otorgan a las cuentas de 2008 un marcado cariz político.
El Vicepresidente Solbes tuvo que defender los Presupuestos ante las fuertes acusaciones de “electoralismo” que se vertieron desde las filas del PP. Solbes estableció que “si estos Presupuestos son electoralistas, lo han sido todos los presentados años atrás”.
La inminente cita con las urnas no ayuda en nada, bajo mi punto de vista, para la celebración de un debate presupuestario adecuado, positivo y limpio, más allá condicionamientos políticos provocados por el temor de los partidos a las consecuencias electorales que pueda llevar consigo mostrar un apoyo pleno al Ejecutivo en el debate, o por el contrario, situarse de manera clara frente a él. Es por esto por lo que Solbes, utilizando un símil futbolístico, incluyó en sus primeras palabras ante los diputados la confesión de que “veía a los jugadores con miedo, temerosos de poner la pierna por delante antes de ver cómo se desarrolla el partido”.
En la sesión parlamentaria de presentación de las nuevas cuentas públicas, pudimos ver a un Pedro Solbes muy irónico, más suelto y ácido en sus palabras, y mucho menos riguroso en cuanto a la utilización de un complejo lenguaje económico, que hasta ayer hacía de sus comparecencias un auténtico suplicio para aquellas señorías que carecen de una mínima cultura económico financiera.
Solbes intentó derribar las tesis que llegaban desde la bancada popular y que acusaban al Gobierno de estar despilfarrando las reservas logradas gracias a la bonanza económica, argumentando vivamente que “esta ha sido la legislatura del superávit en las cuentas, y que la deuda pública caerá en breve a su nivel más bajo en los últimos 20 años” Estas declaraciones enfadaron aún más si cabe a la bancada popular, desde la cual Mariano Rajoy calificó de “chiste” las palabras del Vicepresidente económico y afirmó (dando muestras una vez más del déficit de credibilidad que atesora), en contra de lo que arrojan los datos de la Contabilidad Nacional, que el PP había logrado superávit en todos y cada uno de sus años en el Gobierno.
Habrá que trabajar y mucho si queremos hacer ver a la derecha de este país que la inversión en políticas sociales no es ni será jamás un despilfarro inútil del dinero público, sino que representa una obligación para todo gobierno de izquierdas y una actitud admirable en la forma de gobierno llevada a cabo por José Luís Rodríguez Zapatero.
Habría que decirles a los miembros del primer partido de la oposición si fue electoralismo el hecho de que todas las rebajas fiscales llevadas a cabo durante los gobiernos de Aznar coincidieran con procesos electorales, ya fueran municipales o generales, o si es electoralista la recién estrenada estrategia de Esperanza Aguirre en Madrid de suprimir impuestos como el de patrimonio apenas unos meses antes de que tengamos que acudir a votar. Toda falsedad es poca para Acebes, Rajoy o Zaplana, porque si algo han conseguido demostrar en estos años es que en eso de mentir repetidamente sin mostrar el más mínimo atisbo de rubor, siempre consiguen superarse e ir más allá.
La verdad es que todos pudimos disfrutar con la brillantez con la que Solbes salió al paso de todos los falsos argumentos con los que Rajoy, el moderado, y compañía interpelaron la explicación de las nuevas cuentas para 2008. Solbes habló tranquilo, seguro de si mismo y convencido de que “estas son las cuentas que necesita España, y con las que yo me siento muy cómodo”.
Fueron estas palabras tranquilizadoras para los ciudadanos de clase media, los que trabajan casi sin descanso para pagar su hipoteca, y que han sufrido una enorme incertidumbre y temor ante el fantasma de la crisis total que nos lleva vendiendo la oposición desde hace ya varios meses. Parece ser que en Génova 13 no han encontrado otra manera de contrarrestar las atractivas e ilusionantes medidas sociales llevadas a cabo por este Gobierno más que recurriendo una vez más a sembrar de inestabilidad el ambiente, mintiendo y erigiéndose de nuevo como “profetas del desastre”.
Solbes, al contrario que Arias Cañeta o el payaso de Martínez Pujalte, se ciñe sencillamente a la verdad que arrojan los datos y expone que: “es cierto que apreciamos una cierta desaceleración de la economía española, y que la construcción se está ralentizando, pero a pesar de todo podemos seguir siendo optimistas, pues la evolución del crecimiento en el sector industrial y de servicios sigue siendo muy alto”. Destacó también su orgullo por el trabajo llevado a cabo hasta ahora, el cual ha hecho posible que en estos momentos “la despensa” esté llena. Una despensa que en 2004 se encontraba casi vacía, seriamente lastrada, con unas cuentas sin sanear y con compras sin cerrar.
El Ejecutivo espera que las Administraciones Públicas obtengan un superávit del 1.15% del PIB, tras dos ejercicios en los que el excedente se ha situado en el 1.8% del PIB. Solbes también anunció que la Deuda pública disminuirá en 2008 al 34.3%, hasta los 384677 millones de euros, desde el porcentaje del 46.2% de 2004.
El gasto en política social crecerá un 6.8%, algo que, digan lo que digan los “centristas” del PP, no requiere derroche alguno ni está dirigido con fines electoralistas, sino que define uno de los mayores logros del Gobierno encabezado por Rodríguez Zapatero, como es el dirigir las ayudas hacia aquellas personas que de verdad la necesitan. Se dedicarán 86040 millones de euros al pago de pensiones, un 7.4%. La dotación presupuestal para financiar la Ley de Dependencia ascenderá a 871 millones de euros, un 118% más, mientras que la política de vivienda crecerá un 9.7% hasta alcanzar los 1369 millones. Por otro lado, la inversión en infraestructuras crecerá también en un 11.5% llegando hasta los 24469 millones de euros.
En cuanto al reparto de la inversión y la dotación presupuestal entre las diferentes comunidades, el trabajo realizado por Solbes, Vegara y Ocaña no puede ser más eficiente, justo y fiel con las necesidades reales de cada territorio. Aún siendo un trabajo complicado que se ha logrado superar sin caer en discriminaciones entre zonas, Solbes no ha podido evitar ser víctima de las críticas desde la oposición y de algunos Presidentes Autonómicos por lo que afirman ha sido un reparto desigual basado en afinidades o desencuentros ideológicos. El Vicepresidente explicó que “se ha hecho un esfuerzo para que las inversiones crezcan en todas las Comunidades Autónomas, aunque es evidente que este incremento no puede ser igual en todas ellas”.
El Secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, explicó que “la inversión se mantiene en todas las regiones, y en ningún caso hay perdedores. Se ha distribuido con criterios de necesidad y rentabilidad regional”.
Nada de lo expuesto ha valido para que desde el PP se haya inyectado una pequeña dosis de sentido común a sus palabras. No pido que desaparezcan las críticas, sino que dichos ataques gratuitos pasen a ser críticas constructivas basadas en circunstancias reales, que ayuden a mejorar nuestro estado del bienestar.
Que alguien desde el PP me explique cómo es posible que desde la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se acepten las directrices de Rajoy, Zaplana y Acebes, y se lapiden estos Presupuestos cuando esta Comunidad va a recibir 2346 millones de euros, el 9.6% del total, y un 25% más que en 2007, colocándola como la que más va a crecer de entre todas respectos a los fondos recibidos del Estado el año anterior.

