
Los ánimos están muy calientes y ni siquiera la repulsa unánime al último atentado de ETA logra calmar los ánimos de algunos exaltados. Estos fueron los que con abucheos e insultos al Gobierno, y en especial a la figura de su Presidente, empañaron los minutos de silencio que a las doce del mediodía de ayer se guardaron en todas las capitales de España.
Los incidentes más mezquinos y deleznables se produjeron en la concentración celebrada en la madrileña Plaza Cibeles. En ella estuvieron juntos el alcalde de Madrid, D. Alberto Ruiz Gallardón, su segundo en el Consistorio madrileño, D. Manuel Cobo, y el resto de ediles de la coorporación junto a representantes del resto de formaciones políticas. Entre éstos se encontraba el Secretario de Movimientos Sociales en la Ejecutiva del PSOE, D. Pedro Zerolo, al que algunos "animales" alborotadores tacharon de "traidor" y "sinvergüenza", y al que no pararon de insultar, incluso una vez finalizado el acto, por su condición sexual al grito de "Zerolo maricón".
Nunca podré entender porque estos energúmenos acuden a una concentración de repulsa de la violencia y en favor de la unidad ante el terror y la infamia terrorista, siendo ellos los primeros que derrochan violencia por los cuatro costados, mostrando actitudes inútiles, radicales, ruines..., creyéndose en disposición de hacer y decir aquello que les venga en gana.
Miles de personas secundaron ayer las concentraciones convocadas por la Federación Española de Municipios y Provincias ante las puertas de los Ayuntamientos del país en contra del vil atentado de la banda asesina ETA que el sábado asesinó a sangre fría al joven Guardia Civil Raúl Centeno y dejó gravemente herido a su compañero Fernando Trapero. Como no podía ser de otra manera, Madrid no fue una excepción y allí, en Cibeles, alrededor de 400 personas se concentraron a las doce del mediodía.
Minutos antes ya habían llegado a las inmediaciones del Consistorio madrileño decenas de personas portando banderas de España y coreando consignas que demostraban cómo el odio, la maldad y la crispación profunda les habían llevado a equivocarse de enemigo, olvidando que aquí quien asesina sin piedad son únicamente los terroristas. Todo lo que allí se oyó fueron ataques a la política antiterrorista llevada a cabo por el Gobierno de la nación y contra el Presidente del Gobierno, D. José Luís Rodriguez Zapatero, y el Ministro de Interior, D. Alfredo Pérez Rubalcaba. "Cómplices de ETA, fuera de aquí", "Zapatero traidor", "Zapatero haz las maletas y vete con la ETA", "Zapatero, al hoyo con tu abuelo", o "Rajoy, si apoyas a la Zeta, apoyas a la ETA"..., fueron algunas de las lindezas que éstos moderados, católicos apostólicos, hombres de bien y verdaderos patriotas gritaban hasta quedarse afónicos. En los gritos mezquinos de algunos de los allí congredados también pudieron oírse continuamente ataques contra el señor D. Pedro Zerolo, primero al grito de "Zerolo, insultas a las victimas con tu presencia" y luego insultándole sin ningún tipo de miramiento por su condición sexual. La tensión rozó límites realmente preocupantes, llegando a situaciones en las que los gritos de éstos ignorantes exaltados no respetaron ni un sólo segundo de los cinco minutos de silencio celebrados para homenajear a la jóven víctima, a su compañero y a sus respectivas familias, e incluso, tras finalizar el acto, persiguiendo al señor Zerolo hasta su coche al grito de "maricón" y obligando al Vicealcalde de Madrid, D. Manuel Cobo, a salir en su defensa y ayuda. (gesto éste que le honra)
Les hablo con el corazón cuando les digo que siento vergüenza, al igual que se habrán sentido ustedes al ver las imágenes. Duele ver cómo algunos aprovechan los atentados como armas arrojadizas contra el Gobierno, cómo rezuman odio a raudales revolviéndose en su propia miseria, y cómo los mismos que se atreven a exigir memoria, dignidad y justicia son las mismas "bestias" que se atreven a llamar asesino al Presidente del Gobierno.
No debemos quedarnos callados ni pasar de exigir responsabilidades políticas porque los mismos que desde ayer se declaran defensores de la unidad de todos los demócratas contra el terrorismo, son los responsables de que ésta gentuza fascista haya recobrado fuerza y se sienta con motivos y con apoyos para salir a calle a insultar, manipular, provocar e incluso agredir. Los mismos Rajoys, Acebes o Zaplanas que ayer posaban serios en las puertas de los Ayuntamientos son los que llevan tres años alentando a los Alcaraz, Ynestrillas y compañía, mientras han considerado que usarlos podía reportarles algún rédito electoral. A ustedes ya no les cree nadie, así que como responsables de haber sacado de paseo a estos personajes, asuman ahora la responsabilidad de llevarlos de nuevo a sus casitas.
Amigo Raúl, descansa en paz
Amigo Fernando, ¡¡ÁNIMO!!


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