
En estos últimos días hemos sido testigos de la dimisión de Joan Ignasi Pla como Secretario General de los socialistas valencianos, actuación que le honra más allá de las reticencias iniciales que mostró a la hora de tomar dicha difícil decisión. Lo más doloroso para nosotros, los progresistas y socialistas, son los intensos rumores que llegan sobre que la noticia sale desde dentro del propio Partido Socialista del País Valenciano, y más concretamente, desde un sector crítico con Pla y con su gestión, actualmente muy mayoritario dentro del aparato del partido allí. Vemos aquí por tanto cómo no eran en vano todas las noticias que llegaban desde Ferraz sobre la incipiente necesidad de "apagar" el fuego valenciano, ya fuera con la presencia de el ex Ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, o de la Vicepresidenta primera del Gobierno, DªMaría Teresa Fernández de la Vega.
El dirigente socialista valenciano con esta actitud, vuelve una vez más a demostrar la falta de apego al poder reinante entre los socialistas y el gran sentido del deber y la dignidad que prima entre las personas amantes del progreso y la limpieza en política. Es esta la gran diferencia existente frente a los conservadores del Partido Popular, donde cabe recordar que por más casos y gestos sucios que se implican de la opacidad con la que se caracteriza su gestión pública, la palabra dimisión jamás aparece por ningún lado. El silencio sigue siendo la tónica general en Génova, ya que aún siguen confundiendo a menudo lo público con lo propio.
Muchos nos preguntamos: ¿por qué no dimite el famoso alcalde de Orihuela cuya mayor afición es la de pasearse por el pueblo con un Rolls Royce y un deportivo de alta gama prestado por un constructor sumamente beneficiado por obras encargadas desde el propio ayuntamiento?.
¿Por qué no se produce la dimisión irrevocable del Presidente murciano, Ramón Luís Valcárcel, y el alcalde Cámara después de aprobarle este un pelotazo al primero y después hacerle legal su ático fuera del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad para que el negocio sea fructífero de cabo a rabo?. ¿Tenemos que recordarle al señor Valcárcel sus palabras en un programa de televisión regional donde prometía por su honor que presentaría la dimisión si el líder de los socialistas murcianos probaba la vinculación de sus familiares con diversas empresas inmobiliarias beneficiadas por decisiones de su gobierno, y que luego fueron probadas una a una con datos del Registro Mercantil? ¿Dónde está su dimisión señor Presidente?.
Me pregunto también ¿por qué no ha dimitido aún el líder del PP de Castellón, Carlos Fabra, conocido por todos debido a las múltiples acusaciones de corrupción que le pisan los talones?, o ¿por qué no dimitió en su día el señor Sánchez Carrillo, ex secretario general de los populares murcianos, cuando se descubrió su presencia en el Consejo de Admon. de Puerto Mayor, proyecto hoy paralizado y en el que se acusa a miembros del Gobierno Regional por prevaricación?
Desgraciadamente, somos conscientes de que corrupción hay en todos los partidos, pero por suerte la reacción no es la misma en todos y, tristemente, el trato que se les da tampoco.
Deberíamos alegrarnos de iniciativas innovadoras como la puesta en marcha por el PSOE y por Zapatero en su último vídeo. Todo aquello que ayude a renovar y a traer un soplo de aire fresco a nuestro panorama político es de agradecer. Me encanta el estilo de nuestro Presidente, me gustan sus maneras y su alegría, y me siento muy orgulloso de que yendo siempre de cara haya llegado hasta donde está. Jamás me avergonzaré de defender su talante y su valía. El Gobierno de la nación tiene todo el derecho a realizar una campaña para informar al mayor número de personas posible de tantos y tantos logros que se han conseguido y que han llevado a que España sea hoy día un referente de justicia social, respeto, solidaridad, y desarrollo sostenible en el mundo.
Eso sí es "Confianza", pero con Z de ZAPATERO

