"EL CANDIDATO HA IMPULSADO EXENCIONES FISCALES DE IMPUESTOS A LOS CASINOS POR VALOR DE 326 MILLONES DE DÓLARES"


*El New York Times recuerda la ludopatía de McCain y sus vínculos con el negocio del juego

John McCain adora el juego y las apuestas - podría ser calificado de ludópata -, desde dos perspectivas distintas. Una, como jugador veterano. La otra, como patrón de las tribus indias que se han enriquecido con el negocio de los casinos durante los años que el candidato republicano ha sido presidente de la Comisión de Asuntos Indios del Senado. Esta tendencia compulsiva al juego y su interminable lista de relaciones con el sector fueron los que en gran medida le costaron su intento de ser el candidato republicano a la presidencia en el año 2000. Un asunto sobre el que la campaña de McCain ha intentado pasar por encima hasta este domingo.

Noticias relacionadas“Usted, señor McCain, ni siquiera quiere reunirse con el presidente de España” Las encuestas tienen vencedor: Barak Obama El plan de rescate norteamericano, a punto de aprobarse El diario New York Times ha publicado este domingo un amplísimo reportaje sobre la trama de apoyos con los que cuenta el senador republicano dentro de los casinos, y especialmente aquellos regentados por tribus nativas indias. La financiación de estos casinos a la campaña de McCain resulta ser tan amplia como el soporte incondicional del senador al desarrollo de esta actividad durante años.

Noche de dados:

Una noche del año 2000. McCain está en racha, en una sala reservada para jugadores de alto riesgo en el casino Foxwoods Resort. Apenas ha apostado 100 dólares a los dados, pero entrada la madrugada, después de una sesión maratoniana, el senador y sus amigos se retiran con una ganancia que se cuenta por miles. La visita al casino la había organizado Scott Reed, el lobbysta de la tribu que regenta el casino y que se encuentra bajo la supervisión de la Comisión de Asuntos Indios del Senado, de la que es miembro McCain.

Rechazo republicano:

Aquella noche, McCain ahogaba sus penas en el juego junto a Rick Davis, gerente de su campaña electoral. Acababa de perder la oportunidad de ser el candidato republicano a las elecciones, rechazado por el sector evangelista del partido, que no veía con buenos ojos su afición por las apuestas.

El auge nativo:

El rechazo de su partido contrasta con el respeto que le profesan los indios americanos. No en vano, tras dos años como presidente del Comité que se ocupa en el Senado de esta etnia, el negocio del juego indio ha pasado de ser una anécdota a recaudar 26.000 millones de dólares al año, a tener 423 casinos repartidos por todo el país y aumentar su cuota en el sector desde el 1% a más del 33%. “Es uno de los padres fundadores del juego indio”, explica sobre McCain el profesor de la Universidad de Dakota del Norte, y experto en la materia, Steven Light.

Entre lobbys anda el juego:

Los ejemplos de esta entrañable relación entre tribus, lobbys y McCain son múltiples. Como senador, McCain ha votado hasta dos veces a favor de realizar exenciones de impuestos a los casinos, lo que le ha supuesto al Gobierno no cobrar 326 millones de dólares. Pero uno de los casos más sonados sucedió en 2005, cuando los debates en el Congreso amenazaban el proyecto de casino de una tribu india en California y McCain se decantó por apoyarles. Después resultó que el lobbysta del casino, sin ningún tipo de experiencia previa en el sector del juego, era amigo del senador desde hacía 20 años.

Donaciones en Las Vegas:

Pero el beneficio es recíproco, y no sólo viene de los casinos indios. En Las Vegas McCain también es un senador muy reputado. “Además de por su apoyo al juego, Nevada apoya a McCain porque es uno de los nuestros, su corazón es del Oeste”, dijo el influyente republicano Sig Rogich, antes de entregarle en un acto en su casa en junio una donación de casi 2 millones de dólares. Y en 2007, con su candidatura a punto de caer en desgracia de nuevo, McCain pasó un fin de semana en el MGM de Las Vegas. El máximo ejecutivo del casino, y viejo amigo del senador, J. Terrence Lami, le agasajó con una donación de 400.000 dólares. McCain lo celebró yendo a una pelea de boxeo y con una nueva noche de dados.

Enfado con el New York Times:

McCain, por su parte, ha rechazado contestar al diario neoyorquino, y en su nombre lo han hecho los integrantes de su campaña de manera oficiosa, con unas respuestas preparadas de antemano: Aseguran que el senador se siente “justificadamente orgulloso”, y que sus decisiones son por “interés público”. El que sí se salió del guión fue el portavoz de McCain, Tucker Bounds, que respondió un poco más airado: “Su periódico ha intentado continuamente atribuir defectos a McCain y no existe ninguno. Eso demuestra que su diario está intentando arrojar a la basura la poca credibilidad que le quedaba”.

Afición preocupante:

La realidad es que McCain adora el juego. Lo practica, al menos, una vez al mes y normalmente se traduce en maratonianas partidas de un fin de semana en Las Vegas, asegura el New York Times. Y esto conlleva la lógica preocupación de sus oficiales de campaña, aunque lo confiesen de manera anónima: “Nos preocupan las apariencias.


Si vas por ahí diciendo que las apariencias cuentas, es que cuentan”. El oficial que hace estas declaraciones asegura que le diría a McCain: “¿De verdad tenemos que ir al casino? No es una buena idea. A las bases no le gusta y no pasa nada bueno en los casinos a partir de la media noche”. Pero también reconoce que McCain le respondería: “Te preocupas demasiado”

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